viernes, 29 de junio de 2012

El jamón, el falso cura y el príncipe de Liechtenstein


Ya lo que nos faltaba. ¡Lo que nos faltaba! Me acabo de enterar de que Argentina ha restringido la importación de jamón hispánico. España no tiene minas ni de cobre ni hierro, ni de ferrocolumbita ni de tantalita, mi patria no tiene petróleo, mi país no tiene recursos naturales como Brasil o el Congo: lo único que tenemos es el jamón, el jamón de toda la vida. Si nos quitan esa fuente de recursos, ¿qué vendemos? Ciertamente no parece que podamos equilibrar la balanza de pagos vendiendo queso de cabra a todo el mundo.

Bueno, ahora hablando en serio, la noticia de un falso cura que ha ejercido varios años en Sevilla, pone de relieve una vez más la oportunidad de crear un Listado Universal del Clero. Esto ya lo propuse en otro post:


Con ese listado, se evitarían problemas como el que ha saltado a la prensa ayer. Hoy día con photoshop los documentos escritos ya no ofrecen garantías. Urge la creación de ese elenco de facilísima realización.

Cambiando de tema, muy bien por el Príncipe de Liechstentein que se niega a firmar cualquier ley que atente contra la ley natural. He aquí un Jefe de Estado como tiene que ser. No soy monárquico, pero a lo mejor empiezo a estar a favor de los príncipes. Otros firman lo que sea, porque creen que están en su puesto por sus propios méritos. Desconocen que si allá arriba Alguien cambia de opinión, no permanecerán en su puesto ni un día más. Miman a la opinión pública, sin darse cuenta de que si Dios quiere que un sujeto siga en el cargo, sigue en el cargo aun cuando la opinión popular no le sea favorable. 
No os cuento nada más, porque lo más excitante que he hecho hoy ha sido arreglar el atasco de una tubería de la cocina de mi casa. Y en realidad casi todo el mérito se lo debo al fontanero

NO OS DEJAIS SORPRENDER..... SIGUEN LOS ENGAÑOS DE LOS LOBOS VESTIDOS DE MANSOS CORDERILLOS

NO JURAR SU SANTO NOMBRE EN VANO.Por Fernando Quiroz

En el cementerio central hay unos vivos que se hacen pasar por curas que dan misas a quien los necesite. 
María Teresa con su acordeón, muchas veces es la elegida (subcontratada) para entonar algunas canciones.
Tal vez ni siquiera se entera de la descarga, que muy pronto se pierde entre los hilos de un saco negro que acusa centenares de posturas. "La meta está en lo eterno, nuestra patria es el cielo, la esperanza nos guía…". La mujer exprime su garganta con notas desafinadas que sin embargo conmueven. Un acordeón tan viejo como ella marca el ritmo de la plegaria. Es una de las seis canciones con acento fúnebre que esta invidente conoce y que repite varias veces al día frente a las tumbas del Cementerio Central de Bogotá, subcontratada casi siempre por alguno de los hombres vestidos con sotana que se ubican a la entrada del camposanto, en una doble fila como haciendo calle de honor a quienes llegan para visitar a sus muertos. O a los muertos ajenos a los que les encomiendan su vida, su corazón o su bolsillo.

Tomada de gancho del supuesto sacerdote de turno, recorre a paso lento los caminos secretos de ese laberinto adornado con lápidas de nombres diversos que se le han vuelto familiares. A todos les entona las mismas canciones, sin importar si fueron presidentes de la República, comerciantes, guerrilleros, prostitutas o niños sorprendidos por la muerte antes de tiempo y convertidos en una especie de ángeles a los que la gente les ruega por una suerte menos adversa. Tampoco le importa el rito: al fin y al cabo escucha las mismas palabras de boca de todos los curas a los que acompaña a celebrar la misa. Son las mismas palabras que ha oído desde niña, pronunciadas con acento místico y extraídas de los misales de la Iglesia Católica. La tiene sin cuidado que ahora algunos de sus compañeros de trabajo se hagan llamar simplemente católicos o católicos apostólicos colombianos, nuevos católicos, católicos antiguos o cualquiera de las variaciones con los que estos hombres han bautizado a sus iglesias sin credo ni templo.
http://www.citytv.com.co/videos/5815/los-sacerdotes-que-ofician-misas-en-los-cementerios-son-falsos
El padre Miguel, a quien ahora acompaña con su voz destemplada y su acordeón viejo, mientras las palomas revolotean sobre su cabeza, es uno de ellos. A su lado, repite versos que hablan de la vida eterna, del manjar celestial y de los sufrimientos de este mundo, frente a la tumba de Leo Kopp, el fundador de la cervecería que dio origen a Bavaria y uno de los difuntos más populares entre los visitantes, que los lunes —día consagrado a las ánimas—pueden pasar fácilmente de los cien mil. Más tarde tal vez acompañe al padre Arsenio o al padre Manuel hasta la tumba en la que alguna vez estuvo María Salomé o hasta la de Carlos Pizarro Leongómez para cantarles por encargo de algún doliente que les ha pagado una misa en acción de gracias.
Miguel, Arsenio, Manuel y otros hombres de sotana y cuello blanco que pueden completar la docena de sábado a lunes se ganan la vida celebrando misas. Pocos se dan cuenta de que sobre la mesa plegable que constituye su pequeño despacho está el nombre de su supuesta Iglesia, alguna rama del catolicismo que ellos mismos abrieron: una religión inventada al amparo de la libertad de cultos que consagra la Constitución de 1991 y que se legaliza con unos cuantos trámites en el Ministerio del Interior.

—¿Usted es católico? —le pregunté una tarde de lunes a uno de los curas de la calle de honor, el más cercano al mausoleo del Ejército Nacional.

—A morir —me juró el hombre.

—Quiero ofrecerle una misa en acción de gracias a don Leo Kopp.

—Tendría que esperarme a que regrese de una misa que tengo contratada ahora mismo. O puede hablar con aquel.

—¿También es católico?

—Acá todos somos católicos.

—Pero me dijeron que hay unos que se hacen llamar de otra manera… 

—Eso todo es la misma vaina —declaró, levantó su mesa y sus trastos para celebrar y me dio la espalda.

Finalmente di con Miguel, quizás el más joven del grupo y de quien me dijo María Teresa que tenía la edad de Jesucristo. "¿Católico?", insistí. "Por supuesto", se apresuró a responder mientras alistaba el vino blanco que prometía convertir en la sangre de Cristo, y que llevaba en un frasco de vinagre al que le había hecho un pequeño hueco en la tapa de plástico.

Camino a la tumba de Kopp quise saber sobre su vida y tal vez me excedí en preguntas. A la mitad del recorrido, al lado de un mausoleo de mármol y puertas de hierro que acababan de abrir, se detuvo para hacerme una aclaración en medio de una nube de mosquitos fastidiosos: "Yo soy católico, pero no de los de Roma". Pero Intentó tranquilizarme diciéndome que celebraría el rito tradicional, seguramente para no perder a ese cliente que había aparecido después de varias horas de inactividad.

Acepté sin miramientos, pero continué mi interrogatorio. Y seguimos el camino mientras hablábamos, él del brazo de María Teresa y yo con la mesa plegable en la mano derecha y un cigarrillo en la izquierda.

Me explicó que su Iglesia era casi igual a la católica de Roma, pero que ellos no dependían del Papa. Que no creían en su infalibilidad: una palabra que intentó pronunciar tres veces. Que tampoco creían en eso de la inmaculada concepción. Y que el celibato era opcional. ¿Está casado? "No todavía". ¿Tiene novia? "Ojalá". ¿Quién fundó su Iglesia? "Ahí sí me corchó… creo que fue en Holanda, en Ultrech, en Oltrech… no sé, en un pueblo que termina en ch". Tal vez quiso decir Dordrecht. Tampoco yo lo sé. ¿Cuántos sacerdotes hay en Bogotá? "Me volvió a corchar".

La tumba de Kopp apareció pronto y lo salvó de mis preguntas impertinentes. Solo alcanzó a decirme un par de cosas más: que en su iglesia la misa se dice de espaldas y en latín. Pero cuando le propuse que oficiara en el rito original de su credo me confesó que en realidad es muy poco lo que sabe de latín. Se acomodó la estola, sacó un misal católico "de los de Roma" y me pidió silencio. María Teresa empezó a cantar y a sacarle notas al acordeón, mientras él levantaba los brazos al cielo y rogaba a Dios por los vivos y por los muertos.

El padre Miguel vive de dar clases de religión (la de Roma) en un colegio del sur de Bogotá y de lo poco que recoge en el Cementerio Central, en donde trabaja sábados, domingos y lunes, y oficia cuatro misas en promedio. Cada servicio cuesta entre trece y dieciocho mil pesos, según si es simplemente rezada o acompañada de algún músico, por lo general María Teresa, a quien debe darle su parte. En días de celebración como el de la madre y el de los difuntos se hace su agosto, pero hay otros en los que pasa en blanco, "porque la competencia es muy dura, y algunos que llevan acá mucho más tiempo que yo y ya tienen su clientela".

Tan dura es la pelea por los clientes que llegan a pedir una misa para sus muertos, que las discusiones entre los colegas a veces pasan a mayores. Hace un tiempo, ardido por haber perdido una misa con su vecino de silla, uno de los curas le clavó un cuchillo a otro. Desde entonces le dicen Monseñor Puñalada. Alberto González, administrador del Cementerio Central, cuenta que a veces llegan borrachos, que algunos son sucios al extremo, que en ocasiones encargan a los secretarios de oficiar las misas, que había uno que pasó de bombero a cura autodidacta y que de otros que no volvieron y tenían fama de homosexuales dicen que los asesinaron. "Por sus hechos los conoceréis", remata el administrador y dice que, además de exigir que tengan los papeles en regla, lo único que puede hacer es suspenderlos por unos días cuando arman escándalo.

http://www.arquibogota.org.co/index.php?idcategoria=16362

En el corazón del camposanto se encuentra un templo católico. Es la competencia más fuerte de los curas que se ubican a la entrada y a quienes les tienen prohibido oficiar en la capilla. Acá las misas valen 25 mil pesos e incluyen los servicios de un organista. Sus notas, tan desafinadas como las de María Teresa, se oyen en buena parte del cementerio, debido a que el capellán decidió instalar en las afueras de la iglesia unos altoparlantes que están conectados al micrófono del altar y al del armonio. La libertad de cultos y las tutelas han permitido que no solo los católicos "de Roma" hagan su presencia en el tradicional cementerio en el que reposan los restos de casi todos los ex presidentes de la República, pero no han logrado silenciar los parlantes que, los lunes por ejemplo, llegan a transmitir hasta catorce misas fuera del templo.

Mientras el músico de la capilla acompaña con su teclado las voces de "Santo, santo, santo, santo es el Señor…", María Teresa, de espaldas a la estatua de Leo Kopp y de frente a una docena de personas que seguimos la misa del padre Miguel, sube la voz para competirle y nos tortura con la canción que tenía preparada para el cierre: "Quien cree en ti, Señor, no morirá para siempre…".

A pesar de sus esfuerzos, al final gana en volumen el organista. Los altoparlantes fueron instalados para hacer presencia allí donde la Iglesia Católica (la de Roma) tiene prohibido celebrar misas: en las tumbas. El padre Juan Jáder Ruiz, capellán del cementerio, cuenta que si desobedecen esta norma reciben un llamado de atención del Arzobispo. Y si la falta se repite pueden llegar a ser expulsados.
http://video.latam.msn.com/watch/video/sacerdotes-falsos-ofrecen-eucaristias-en-cementerios-de-bogota/1bipn58xp
El padre Ruiz lleva siete años viviendo entre los muertos en el camposanto más popular de Bogotá. Si bien no puede oficiar fuera de la capilla, en ella atiende sin problemas solicitudes que para otros curas serían impensables, como celebrar misas en acción de gracias a comandantes guerrilleros de quienes dicen que hacen milagros o a mujeres que en vida tuvieron una conducta reprochable, pero que al parecer después de muertas no han dejado de hacer el bien. Y lo cuenta convencido de que son milagrosos. Como cuenta que una vez llegó a su despacho un muchacho que quería quejarse porque uno de los curas de la entrada le había prometido enseñarle a oficiar misa por la suma de quinientos mil pesos. "De todo hay en la viña del Señor", dice resignado y se retira para alistarse para la próxima misa. Mientras tanto, Manuel, Arsenio, Miguel y sus colegas de aquellas iglesias que no dependen de Roma están pendientes de un cortejo fúnebre que acaba de entrar. "Si llegaron con mariachis, seguramente también querrán una misita mientras colocan la lápida", dice uno de ellos y se arregla la sotana para lucir más auténtico que los demás y ser el elegido.

FALSO CURA ENGAÑÓ VARIOS AÑOS A ESPAÑOLES



La Archidiócesis de Sevilla lo explica en un comunicado.

E indica que en la Eucaristía, Penitencia y Unción de Enfermos, "son inválidos, pues son sacramentos que requieren la potestad del Orden".

En un comunicado de seis puntos, el Arzobispado aclaró quelos sacramentos del Bautismo y Matrimonio celebrados por el padre Ángel durante todo este tiempo “son claramente válidos, si bien son ilícitos”.

En el caso de la Eucaristía, Penitencia y Unción de Enfermos, “son inválidos, pues son sacramentos que requieren la potestad del Orden”.

El Arzobispado explicó que Ángel Orellana se presentó ante la curia diocesana hace cinco años procedente de Ecuador, de donde es originario. Allí acreditó su condición de sacerdote con una documentación que luego se pudo comprobar que era falsa, por lo que carecía de validez.

Orellana manifestó que se encontraba en la ciudad para hacer su tesis doctoral y pidió una parroquia en la que poder ejercer el ministerio sacerdotal. Desde el Arzobispado le señalaron que podría realizarlo en alguna de las cercanas a su lugar de residencia, la barriada de Pío XII.

La Archidiócesis deja muy claro en el comunicado que “en ningún momento se le asignó oficio eclesiástico alguno”, tal como destacó este periódico en su información de este miércoles. Ángel Orellana no estuvo en ningún momento en la nómina de la Iglesia de Sevilla ni se le encomendó por ésta ningún destino u obligación.

Tras presentarse en la curia y pedir un lugar para ejercer, el falso cura se decantó por la parroquia de Santa María de las Flores y San Eugenio, en Pío XII. Allí se fue ganando la confianza del párroco y los feligreses y fue desarrollando su trabajo cada vez con más intensidad y frecuencia, hasta el punto de asegurar los vecinos que siempre estaba en el templo dispuesto a echar una mano a quien lo necesitara,oficiando eucaristías e impartiendo los sacramentos del bautismo, el matrimonio y la comunión.

Ángel Orellana estaba completamente integrado en la comunidad parroquial hasta que comenzaron a surgir las dudas sobre su condición sacerdotal. En ese momento, desde la Archidiócesis se pusieron en contacto con la diócesis ecuatoriana de origen, donde confirmaron las sospechas:Ángel Orellana nunca fue ordenado.

El arzobispo Asenjo, tras conocer la noticia, se entrevistó personalmente con el impostado cura. Orellana reconoció ante el prelado sevillano que todo era un engaño y pidió perdón por sus actos. Acto seguido procedió a abandonar la Archidiócesis. El comunicado también aclara que en ese momento se dio traslado de los hechos a la Conferencia Episcopal Española, y se abrió un proceso canónico que será remitido a la Santa Sede a su término.

Éste es el comunicado de la Archidiócesis de Sevila:

“En relación con la información publicada esta mañana sobre una suplantación de la condición sacerdotal, la Archidiócesis quiere comunicar lo siguiente:

1. La persona en cuestión se presentó ante la Curia Diocesana hace cinco años procedente de Ecuador, acreditando su condición sacerdotal con una documentación que ha resultado ser falsa. En aquella ocasión manifestó que se encontraba en Sevilla realizando su tesis doctoral y que residía en la barriada de Pío XII. Solicitó una parroquia en la que poder celebrar la Eucaristía y se le señaló la posibilidad de hacerlo en alguna de las parroquias cercanas.

2. En ningún momento se le asignó oficio eclesiástico alguno desde la Archidiócesis.

3. En el momento en que se tuvieron las primeras sospechas sobre la condición sacerdotal de la persona en cuestión, desde la Archidiócesis se entró en contacto con la diócesis ecuatoriana de origen, donde confirmaron que nunca fue ordenado. El Arzobispo se entrevistó con él, y en el curso de este encuentro reconoció el engaño y pidió perdón por sus actos. A continuación, abandonó la Archidiócesis.

4. De forma inmediata, se dio traslado de los hechos a la Conferencia Episcopal Española, y se ha abierto un proceso canónico que será remitido a la Santa Sede a su término.

5. En referencia a las dudas surgidas en la opinión pública sobre la validez de los actos sacramentales oficiados por esta persona, la Archidiócesis tiene el deber de aclarar que los sacramentos del Bautismo y Matrimonio (c. 144 CIC) son claramente válidos, si bien son ilícitos. En consonancia, las parejas que han contraído Matrimonio en ceremonias oficiadas por la persona en cuestión, lo han hecho válidamente. En el caso de los sacramentos de la Eucaristía, Penitencia y Unción de Enfermos, se trata de actos inválidos, pues son sacramentos que requieren la potestad del Orden.

6. La Archidiócesis de Sevilla lamenta el daño o sufrimiento que estos hechos hayan podido causar a los fieles y pide al Señor que cure las heridas que los mismos han producido.

Sevilla, 9 de mayo de 2012”.

Epidemia falsos curas y obispos azota México

Iglesia detecta e identifica a 32 impostores en el DF

Ciudad México.- El rector de la Basílica de Los Remedios, Miguel Ángel Corona Hernández, denunció la proliferación de falsos sacerdotes en municipios del Valle de México y el Distrito Federal, y advirtió que el arzobispado ya cuenta con una lista y la fotografía de 32 usurpadores, que también se hacen pasar por obispos y ofrecen sus servicios para oficiar misas, en quince años, bautizos, bodas e incluso en agencias funerarias y panteones.

Monseñor Corona Hernández señaló que, de acuerdo con un decreto del arzobispado, los sacerdotes católicos tienen prohibido oficiar ceremonias religiosas en casas, salones de fiesta, ranchos y restaurantes, entre otros sitios, además de que no pueden pedir “ni un solo centavo cuando se hace un servicio religioso en funerales y panteones”, a fin de evitar que los fieles sean sorprendidos por los falsos sacerdotes y obispos.

Indicó que las bodas, bautizos o cualquier ceremonia religiosa oficiadas por estos impostores no pueden ser validadas por la Iglesia católica, ya que están consideradas como un ilícito, por lo que recomendó evitar contratar estos servicios mediante internet, donde generalmente se anuncian, argumentando: “evítese problemas con sacerdotes exigentes”, queriendo aprovechar el “combo completo” que ofrecen.

Muchos de los falsos obispos y sacerdotes ya han sido denunciados penalmente y algunos se encuentran recluidos en el penal de Barrientos, dijo, por engañar a la gente que “con mucha facilidad quiere que todo se lo den en paquete o en combo en los restaurantes, sobre todo en los salones de fiesta, donde muchas veces lo ofrecen, porque a la gente no le gusta un procedimiento normal en los trámites que pide la Iglesia católica, quieren lo más fácil, por eso se ha incrementado este problema”.

El padre Miguel Ángel Corona afirmó que los sacerdotes tienen la obligación de mostrar a los fieles una identificación con foto, que es expedida por el arzobispado y se debe actualizar anualmente. Este documento, ejemplificó, tendría la misma validez de la cédula profesional de un médico o arquitecto.

Mencionó que ya en algunas funerarias y panteones exigen la identificación de los sacerdotes, porque muchos de estos estafadores “se aprovechan del dolor de la gente, de su pena en el momento que un ser querido falleció, como también sucede en las fiestas, donde cobran y hasta se hacen invitar al banquete”.

(Fuente: cronica.com.mx)

 
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